domingo, 16 de marzo de 2014

24 de Marzo de 2010, nos visitaron talleristas de la Biblioteca Pocho Lepratti y entre ellos Gustavo Devicenso.

La historia enseña que la memoria puede sobrevivir porfiadamente a todas sus prisiones y enseña que la justicia puede ser más fuerte que el miedo, cuando la gente la ayuda.
Dignidad de la memoria, memoria de la dignidad.
En el desigual combate contra el miedo, en ese combate que cada uno libra cada día, ¿qué sería de nosotros sin la memoria de la dignidad?





Días atrás nos encontramos con Gustavo y recordamos su primer visita a la escuela,  su enorme alegría  y sorpresa al ver el recorte de un diario en la vitrina en el cual se informaba que eran encontrados los restos de su mamá y restituidos a su familia. Ahora está por recibirse de Profesor de Historia, nos dejó sus saludos y expresó su deseo de volver a visitarnos. Es querellante en un Juicio contra los Genocidas, tiene mucho para compartir.


 Erika y Mónica, en nombre de todos los estudiantes nos comparten lo que escribieron para Sonia. Mario nos presenta su poesía que podrán ver y leer en el Album que nos regaló HIJOS y que es una escultura que llevamos con orgullo para siempre.
Con Sonia, sobrina; el Profesor Carlos, su hijo, Caren y la Directora al terminarse el Mural callejero.






1 comentario:

  1. Palabras pronunciadas el 7/12/2012 por el Prof. Fernando Komar tomadas de Eduardo Galeano y readaptadas para la celebración de ese día.
    .....
    Pero, ¿acaso no son reales, las mujeres y los hombres que han luchado y luchan por cambiar la realidad, los que han creído y creen que la realidad no exige obediencia? ¿No son reales Sonia Beatriz González y todos los que están llegando, desde el fondo de la tierra y del tiempo, a dar testimonio de otra realidad posible? Y todas y todos los que con ellos creyeron y quisieron, ¿no fueron, no siguen siendo reales?

    Sonia, esta joven militante obrera, encarna el sacrificio de muchas compañeras y de muchos compañeros que creyeron en nuestro país y en nuestra gente, y que por creer se jugaron la vida.
    Hemos venido a decirle que valió la pena.
    Hemos venido a decirle que no se murieron por morir nomás.

    Aquí estamos hoy reunidos, para decirle que razón tienen los tangos en eso de que la vida es un ratito, pero hay vidas que duran asombrosamente mucho, porque duran en los demás, en los que vienen.
    Tarde o temprano nosotros, caminantes, seremos caminados, caminados por los pasos de después, así como nuestros pasos caminan, ahora, sobre las huellas que otros pasos dejaron.

    Ahora que los dueños del mundo nos están obligando a arrepentirnos de toda pasión, ahora que tan de moda se ha puesto la vida frígida y mezquina, no viene nada mal recordar aquella palabrita que todos aprendimos en los cuentos de la infancia, abracadabra, la palabra mágica que abría todas las puertas… y recordar que abracadabra significa, en hebreo antiguo: “Envía tu fuego hasta el final”.

    Esta jornada es una celebración. Estamos celebrando la memoria viva de Sonia y la de las mujeres y los hombres generosos, que en este país enviaron su fuego hasta el final,
    los que nos siguen ayudando a no perder el rumbo,
    y a no aceptar lo inaceptable,
    y a no resignarnos nunca.

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